• Delincuente obtiene botín de 12 mil pesos y toda la impunidad posible para cometer delito.
Tapachula, Chiapas; DIC 06.- Luego de que un sujeto atracara con pistola en mano la sucursal de comida rápida Pollo Granjero ubicada en las calles 28ª Oriente entre 9ª Privada Sur y su paralela 11ª Sur en el perímetro de la colonia Calcáneo Beltrán, se determinó que el hampón obtuvo un botín por 12 mil pesos, lo que representa las ventas del día.
Los hechos fueron dados a conocer por Ap@New luego de que se activara la alerta por robo, el despliegue de diversas fuerzas de seguridad no fue suficiente para dar con el presunto delincuente, quien al parecer subió a un vehículo de alquiler tipo taxi urbano para perderse entre las colonias del sur de la ciudad.
El encargado del negocio Edgar Saúl “N” indicó a la policía que el sujeto se hizo pasar por cliente, solicitó uno de los paquetes y cuando todo los empleado se distrajeron en atenderlo, el maleante sacó un arma con la que los amagó para exigir el dinero que había en la caja.
Afirmó Edgar que no quiso entrar en pánico y mucho menos exponer a sus compañeros por lo que accedió a entregar lo que la caja contenía, luego de hacer la sumatoria de las ventas la cantidad arroja los 12 mil pesos en pérdidas.
En las colonias aledañas montaron un fuerte despliegue para tratar de ubicar al sospechoso, sin lograr dar con su ubicación, la parte agraviada interpondría su denuncia ante el Ministerio Público.
En Tapachula suman dos semanas consecutivas, con un constante aumento de la inseguridad y la violencia, ante la llegada del fin de año en que el circulante de efectivo se incrementa por el pago de aguinaldos que a pesar de la pandemia las empresas suman el esfuerzo de cumplir con esta obligación, la gente comienza a tener algo de dinero en sus manos y la delincuencia le gana en acciones a las autoridades, sobre todo a la municipal que luce por no ser preventiva, no hay patrullajes, no hay estrategia, no hay capacidad y lo único que vemos del jefe de la policía municipal es su absurda arrogancia, incapacidad probada y su absoluto miedo a dar la cara y reconocer que no hay un trabajo coordinado entre la misma corporación.
Se confirma ese adagio que “estábamos mejor, cuando estábamos peor”, esto de la mano de Fernando Rivas Vázquez; deja muy mal parada a la alcaldesa Rosa Irene Urbina, quien viene haciendo un trabajo más que aceptable en materia de infraestructura, superar con muchas dificultades los peores síntoma de la pandemia en la ciudad, además del tema de la migración y sus daños colaterales, hay que agregar la parálisis económica.
Son muchos los asesores que deberían estar fuera de esa administración, uno de ellos los que le hablan al oído a Rosy Urbina en materia de seguridad como el diputado Sergio Rivas hermano de Fernando, que desde sus puestos, de los dos, no se hace uno.