- Discursos vanos de la FGE chocan con la triste realidad que vive Chiapas en materia de seguridad
- En Cintalapa los cárteles de la droga se disputan a punta de metralla y sangre la plaza, mientras que las autoridades se muestran ausentes y carentes de respuesta
- ¿Cuántos muertos necesitan ver las autoridades estatales para reconocer que la delincuencia se ha salido de control en la entidad?
Cintalapa, Chiapas, 10 de enero.- El tableteo de armas de alto poder irrumpió la noche del domingo en la cabecera municipal de Cintalapa en el sureño estado de Chiapas, ubicado a unos 80 kilómetros al poniente de la capital Tuxtla Gutiérrez, el temor entre los pobladores fue evidente luego de que por redes sociales se alertara a vecinos de la zona sur de la ciudad a no salir de sus casas toda vez que se estaba suscitando un enfrentamiento armado entre grupos del crimen organizado, situación que no fue atendida ni reportada por autoridad alguna en las horas subsecuentes al evento.
A través de cuentas y grupos de Whatsapp y de Facebook se informó minuto a minuto lo que estaba sucediendo en la cabecera municipal; el tiroteo duró cerca de 45 minutos, al paso del tiempo se fue dando a conocer la intensidad del enfrentamiento así como el temor y angustia que provocaban entre la población las ráfagas de metralla sin que se reportaran detalles, esta situación despertó una psicosis entre los pobladores que incluso ya rayaban en la exageración producto de una autoridad que todo el tiempo se mostró ausente y sin poder tomar control de la situación.
Luego de varios minutos, poco antes de la media noche y a través de portales de noticias locales y no por las autoridades municipales o estatales, se informó el hallazgo del cuerpo de un civil sin vida y con las huellas de la batalla, del mismo modo sin que la Fiscalía General del Estado pudiera dar certeza y fieles a su vocación de hermetismo cuando más se les necesita, no se aclaró la versión de que los protagonistas del enfrentamiento eran integrantes de los dos grandes cárteles de la droga que se disputan a sangre y fuego –como quedó en evidencia-, la plaza de Cintalapa, son el Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes se enfrentaron la noche del domingo en la plaza pública, dejando a su paso una estela de incertidumbre, zozobra y miedo colectivos.
Es de dominio público, sin que el gobierno de Chiapas y su fiscal tengan el valor de admitirlo, que el poder del narco, sus células delincuenciales y sicarios, han tomado el control de las acciones al margen de la ley en la zona centro del estado; los videos viralizados muestran en redes la carnicería en que se ha convertido uno de los últimos estados que hasta hace 36 meses, todavía se podía transitar en total libertad y en paz.
Chiapas tiene regiones completas dominadas por el crimen, mientras el gobierno y su fiscalía así como sus policías son apenas unos peleles de una realidad que les vomita en la cara que sus discursos son falacias burdas y vulgares.
Comunicados sin sentido afirman que la entidad chiapaneca es la más segura para vivir, hacen boletines para presumir que el estado tiene «48 horas sin delitos de alto impacto», esto mientras en las carreteras, ciudadanos y familias completas desaparecen sin dejar rastro en la zona que comunica a Motozintla con Comalapa y Comitán; la población sabe en esta región fronteriza que ante la operación clandestina de grupos del crimen organizado se ha autoimpuesto un toque de queda, “si usted circula después de las 5 de la tarde, es bajo su propio riesgo”, advierten.
La seguridad en Chiapas es sólo un discurso sin sentido, cobra fuerza la versión de un serio problema de ineptitud al frente de la fiscalía chiapaneca, a cargo del actual fiscal Olaf Gómez Hernández, gracias a quien desde su arribo, la FGE dejó de ser una institución que dé certidumbre a la población, y por lo contrario genera más errores y preguntas que beneficios y certeza al estado de derecho en la entidad. Ha sido desde el punto de vista de analistas en materia de seguridad la peor administración de la Fiscalía en Chiapas. En su informe recién entregado sólo se detalló un compendio de absurdas numeralias y mentiras que dejan ver un certero caso de mitomanía del encargado de la justicia en Chiapas, quien cínicamente pavonea que Chiapas es una de las entidades más seguras.
Desde emplear en sus filas a viejos elementos con cuentas pendientes con la misma Ley, con reprochables conductas como lo es el actual director de la policía especializada Alfonso Enrique Méndez Rojas, son errores que tarde o temprano le terminarán pasando la factura, pero no al fiscal, sino al gobierno de Rutilio Escandón que de una manera absurda lo sigue manteniendo en el encargo a pesar de lo que no se ha logrado y que es del dominio público.
En la última semana del 2021, en Chiapas se revelaron las graves anomalías que desde la misma Fiscalía se intentó minimizar, se trata de la desaparición de un par de maestros, entre ellos un conocido poeta, que salieron de la zona de la Costa y que nunca llegaron a su lugar de destino, iban en una camioneta y después de varios días de ausencia, ambo fueron ubicados y sin el vehículo; del mismo modo la desaparición de una familia con 5 personas, quienes se «esfumaron» en el tramo Comalapa-Comitán, para luego aparecer con vida días después en el municipio de La Trinitaria; siguen desaparecidos dos militares, se trata de una pareja que salió de la ciudad de Tapachula y que tenían como destino la ciudad de Comitán, pero jamás llegaron; asimismo una mujer clama al Gobernador apoye para la ubicación de sus dos hijos desaparecidos en Cintalapa.
Asimismo el caso de Oxchuc, donde la falta de gobernabilidad y aplicación del Estado de Derecho pone en jaque al gobierno de Escandón Cadenas, y de manera increíble hay tres presidentes municipales, el electo, el rebelde y el impuesto, en un juego perverso que se aprovecha del llamado “usos y costumbres”, pero que en ese juego en nada se respeta la Constitución y deja al garete la aplicación del marco jurídico nacional.
En este tema el turismo y la economía en la entidad más pobre del país se ven seriamente afectadas luego que la imagen de Chiapas como destino del turismo internacional quedara en entredicho por un video en que con total impunidad, pobladores de la zona en conflicto de Oxchuc roban combustible de los transportes, bloquean carreteras, se burlan de la autoridad tomando casetas y realizando cobros para el paso de vehículos, todo esto mientras los servidores del gobierno se pasan el fin de semana en eventos a modo, con selfies que mandan un menaje de un Chiapas que sólo existe para los integrantes del gobierno y sus familias, un estado donde necesitas ser del círculo cercano del mandatario estatal o de sus aduladores para que te sea salpicada el “agua bendita” de la 4T y tengas acceso a la seguridad, justicia social que falsamente pregona el actual régimen en Chiapas y el resto del país.