Trascendió: Que el día de ayer por la tarde noche, en un ambiente muy íntimo, la todavía delegada, del Instituto Nacional de Migración en Chiapas, Carmen Yadira de los Santos Robledo, fue despedida.
Sólo sus más cercanos amigos y familiares, como si fuera un logro el cambio de plaza, se va de Chiapas…no, perdón, la fueron de Chiapas, luego de sus pésimos resultados al frente de la delegación.
Pero para “cerrarle el ojo al macho”, no desaprovechó la oportunidad para allegarse de algo de cariño, de ese que se compra con fiestas y loas llenas de hipocresía y cinismo, mismas recetas que la exdelegada en Chiapas manifestaba a todo aquel que se atreviera a desafiarla.
Ahora que “los padrinos mágicos” tienen sus propios y serios conflictos, a Yadira, ni Dios padre la protege y por eso se va ¿a dónde? A donde sea, pero la quieren fuera de Chiapas.
Francisco Garduño Comisionado de Migración Federal, tiene dos piedras en el riñón por culpa de la delegada, deja un chiquero en Chiapas, donde la corrupción, el negocio y la extorsión que ella encabezó en contra de los migrantes ya es investigado, y no es una autoridad administrativa, sino penal.
En una de esas la tenemos de vuelta pero en El Amate.
La segunda “piedrita” de Paco Garduño es la investigación de la CNDH y la Cámara de Diputados, en contra de De los Santos Robledo, luego de los innumerables casos denunciados por vejaciones y tratos inhumanos a migrantes durante el éxodo cubano y haitiano hacia México y últimamente los presuntos brotes y contagios de Coronavirus al interior de la Estación Migratoria Siglo XXI.
Vaya pues, con esto se confirma que en Chiapas se celebra sin pudor la mediocridad, la ineptitud y el cinismo; ahora en Cancún, sitio donde fue “recompensada” por sus logros en Chiapas, Yadira de los Santos tiene carta libre, para no hacer nada, el trabajo tiene quién se lo haga, la diferencia es que va condicionada a dar resultados o se va, porque en esa estación migratoria hierven los dólares, pero en Chiapas hierven cuatro veces más migrantes que dejan millonarias cantidades de dinero sucio y turbio, de ese que la delegada sí sabe administrar.