Imparables las Ejecuciones en Tapachula, con Armas Largas Ejecutan a Presunto Pollero

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El cuerpo sin vida quedó a la par de una calle importante del primer cuadro de Tapachula, una camioneta Volkswagen blanca fue testigo del último segundo de vida de un hombre que fue muerto a tiros, una ráfaga de metralla calibre 5.56, potentes disparos terminaron con su existencia.

Vecinos de la zona, entre la Primera y Central Norte, quedaron atónitos, no sabían que hacer. Y es que nadie está preparado para una escena de esa magnitud, nadie tiene en su entrenamiento de vida la clase para hacerle frente a un evento de violencia como el vivido hoy a cuatro calles del Parque Central de esta ciudad.

No es percepción solamente, la violenta vida en Tapachula es realidad cruda y real, no se puede medir el nivel de miedo sin que se toque la fibra más profunda de los pobladores de la ciudad fronteriza.

El discurso toma tintes de burla cuando de un vehículo negro -que no ha sido identificado aún – bajan por lo menos dos hombres con rifles de asalto y persiguen a un cristiano desde la Primera Norte y le rocían plomo para después huir sin ningún obstáculo en el mismo carro de la muerte y se pierden por la ciudad.

Testigos mudos del suceso, vecinos, peatones, vendedores, comerciantes, niños al salir de sus escuelas, transportistas, todo aquel que a las 12:30 caminaba por la 5a. Oriente entre 1a y Central enmudeció.

Alguien agarro juicio y entonces pudo llamar al 911, los primeros en llegar, policías municipales del primer cuadro, que nada hicieron, que nada pueden hacer, la vida les va en ello, con ese calibre de fuego, nadie en su sano juicio les haría frente.

Alguien agarro juicio y entonces pudo llamar al 911, los primeros en llegar, policías municipales del primer cuadro, que nada hicieron, que nada pueden hacer, la vida les va en ello, con ese calibre de fuego, nadie en su sano juicio les haría frente.

El cuerpo quedó a media cuadra, las sandalias ya las había perdido metros atrás, corrió lo más que pudo y luego la vida se la arrebataron en segundos.

Las evidencias quedaron regadas en la boca calle sobre la primera norte; los casquillos y las sandalias narraron una muerte anunciada.
El móvil apunta a un ajuste de cuentas entre células criminales del tráfico de personas, las bandas de polleros introducen gente como ganado «marcados», los sellos en la piel de los migrantes eran fotografiados por quien en vida llevaba el nombre de Carlos Alberto Santizo López de 28 años, la como evidencia del trabajo realizado para su organización, estaba por completarse cuando los verdugos bajaron de ese misterioso carro negro.
Las balas de AR 15 le hicieron tres heridas, una en el brazo y dos en el pecho, las mismas que le arrancaron la vida en ipso facto.

En esa esquina, de la 5ª Oriente y 1ª Norte, vecinos llevan meses reportando el traslado ilegal -como si fuera base de transporte público-, en vehículos particulares de migrantes que son subidos en algún punto entre la frontera y Tapachula y son introducidos al centro de la ciudad, las organizaciones criminales del tráfico de personas, usan esa esquina para bajar a los extranjeros, toman las fotos de los sellos o marcas que se les ponen cuando cruzan a México ya sea en Suchiate o Tuxtla Chico, los trepan al carro y son llevados al centro de la ciudad, el mismo sitio done hoy Carlos Alberto tomaría la evidencia y la enviaría a su enganche para después cobrar 500 pesos por persona metida a la ciudad. Fue ese momento preciso que él mismo se dio cuenta de que lo señalaron y su vida estaba en peligro. Como pudo bajó del Tsuru, intentó huir, pero el destino ya le tenía un final que no era el mejor.

Y es que minutos antes, un grupo de personas extranjera habían bajado de ese Tsuru blanco, las fotos eran la prueba de que ya estaban en la ciudad, así operan los traficantes, marcan a su «ganado» y lo transportan a la ciudad, los dejan a su suerte pues el trabajo solo es meterlos al centro y de allí en adelante, el crimen los abandona o los secuestra, los extorsiona, los viola, los amenaza o los sentencia.

México y Tapachula los exprime hasta la última gota. De entre la multitud se logró escuchar «no mames, le dieron al Pandita», no se escuchó más.

La reacción de las policías no fue diferente a otras ocasiones, cinta amarilla con la leyenda «prohibido el paso – escena de crimen» se colocó al cruce de las avenidas a la espera de esa carroza maldita, la del Semefo que traslada a los caídos.

No se sabe quién es en realidad el ejecutado de este miércoles en el Centro de la ciudad, la gente sólo espera el comunicado oficial que reza la misma cantaleta de siempre, «se abrió carpeta de investigación, se hará justicia, la Fiscalía reforma su compromiso con»…bla, bla, bla.

El gobierno municipal está a unas horas de cumplir sus primeros 39 días en el poder, uno que la delincuencia ya les arrebató a sangre y fuego, sólo que ellos (los del gobierno) no quieren aceptar y es que a Melgar Bravo le dieron un boleto marcado en la «rifa del tigre», pero él lo supo todo el tiempo y lo aceptó.

Tapachula le exige a Yamil y a su jefe de seguridad pública que dejen el discurso y la simulación, que no se escuden en un gobernador mentiroso, cobarde y falsario, que asuman su papel de proteger a los ciudadanos, porque con el ejecutado de hoy en calles del centro, lejos de que Tapachula baje la percepción de inseguridad, lo que va a suceder es que le den el lugar permanente como la peor ciudad para vivir en México.

«Le pedimos al gobernador, a la presidenta y el alcalde, menos excusas y más acciones porque estás chingaderas ya no las aguantan ni su chingada madre», contestó una mujer que vio, escuchó y sintió, el temor en la sangre al caminar en el momento y lugar equivocados en el Centro de Tapachula.

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