- Autoridades investigan a mando policiaco detenido en Cacahoatán, involucrado en el “cobro de piso”
- Líderes de la Mara Salvatrucha y Barrio 18 Mantienen en jaque a las autoridades y la población
Tapachula, Chiapas, 11 de febrero de 2023.- Hace poco más de una semana cesaron los cobros de piso en “Cacahoatán”, los cuales se habían intensificado en los últimos meses, al grado de llegar a las agresiones armadas en contra de conductores del transporte foráneo, tal como ha ocurrido en municipios de la Costa de Chiapas, como Huixtla, Villa Comaltitlán, Escuintla o Acapetahua, por mencionar algunos.
Esta situación, impulsada por la presencia de líderes de las pandillas centroamericanas Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18, mantiene en jaque no sólo a los transportistas, comerciantes, prestadores de servicios, sino también a la población en general, ya que forman parte de los daños colaterales de las actividades ilícitas que realizan los integrantes de dichas pandillas criminales.
En Cacahoatán tuvo que venir un equipo especial, tal como ocurrió en Tapachula hace meses, para investigar y detener a los generadores de esta situación de inseguridad, lo cual derivó en la detención de un mando policial de Cacahoatán, quien presuntamente es quien coordinaba a los pandilleros para realizar el “cobro de piso”, además de “levantones” o secuestros para aquellos que no cumplían con las cuotas, ya sea semanales o mensuales.
Lo grave del asunto es que la tensa calma que se vive en Cacahoatán ya se ha vivido en los municipios de la Costa, como Arriaga, Tonalá, Pijijiapan, Mapastepec, Escuintla, Acacoyagua, Villa Comaltitlán, Huixtla, donde la extorsión por parte de los grupos criminales ha dejado víctimas mortales, y aunque cesan por un tiempo, siempre regresan a operar.
El sector más golpeado por este ilícito es el “transportista”, donde ha habido hasta quema de vehículos, agresiones armadas y asesinatos. Todos con la misma constante, que es la de no haber cumplido con el cobro de piso que exigen los extorsionadores.
Esta situación que poco a poco fue ganando terreno en los municipios costeños, se trasladó a los municipios del Soconusco, como Tapachula, Mazatán, Tuxtla Chico, Cacahoatán, Unión Juárez, Frontera Hidalgo y Suchiate. Para muestra las pintas alusivas a las pandillas que se aprecian en las instalaciones de la Terminal de Corto Recorrido ubicada en la 5ª. Poniente entre 12ª. y 14ª. Norte de Tapachula; este punto es estratégico para los extorsionadores, ya que de dicha terminal parten las colectivas hacia los municipios de la Costa y del Soconusco.
Incluso el tema no sólo abarca al transporte foráneo, sino también al local; como se recordará el año pasado, conductores de la ruta de Indeco Cebadilla sufrieron agresiones armadas por parte de pandilleros. También ha ocurrido con otras rutas como Xochimilco, Janeiro o Cafetales.
El modus operandi de los delincuentes es el mismo: llegan en motocicletas a exigir el dinero del “cobro de piso”, armados con pistolas, con las que amagan a los conductores y les exigen montos que van de los 30 a 100 pesos diarios, según para protegerlos de que no les hagan daño.
Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por combatir este negocio ilícito de las pandillas, el temor a ser agredidos impide que muchas veces las víctimas denuncien los hechos. Y es que se han impulsado campañas y hasta se ha habilitado una línea por parte de las autoridades para denunciar las extorsiones, pero no se ve que disminuya este delito, y por el contrario mantiene bajo amenazas a la población.
Sectores de la sociedad se han pronunciado porque se busquen alternativas; una de ellas es establecer un filtro de seguridad en la frontera con Guatemala, que es donde ingresan todo tipo de migrantes, entre los que van infiltrados pandilleros, jefes de la mara, quienes huyen de El Salvador ante la guerra que el presidente de nación, Nayib Bukele le declaró a las pandillas antagónicas.
La sola presencia de migrantes causa temor en la población de los municipios de la Costa y Soconusco, con toda razón, ya que los extorsionadores resultan ser migrantes centroamericanos. Pero el trasfondo es más oscuro, ya que se investiga la injerencia de funcionarios públicos, quienes han encontrado en las extorsiones un negocio muy lucrativo, que les genera más riqueza de la que poseen. Por ello urge que se combata de manera frontal este fenómeno y se castigue a los funcionarios corruptos involucrados.