Incumple y Revictimiza FGE en Casos de Violencia contra las Mujeres en Chiapas

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• Fiscal en Chiapas Olaf Gómez Hernández limitado omiso y cómplice, de la impunidad

Cacahoatán, Chiapas; ABR 27.- En días pasado una denuncia que se hizo viral en redes sociales y medios digitales, dio cuenta del intento de violación en contra de una mujer originaria de la zona alta del municipio, lugar donde fue víctima según el reporte de la policía municipal de la violencia de su presunto novio bajo la influencia de las drogas, esa fue la versión que se dijo de manera oficial y que fue replicada por varios medios.

Sin embargo, esta versión cambió rotundamente el pasado lunes cuando la víctima de la cual se protegió su identidad, por medio de un comunicado detalló lo que en verdad sucedió. Detalló lo ocurrido en donde desmiente que el presunto responsable sea su novio, por el contrario, afirmó no conocerlo y aseguró que fue víctima de la negligencia de las autoridades.

En el comunicado señala a la policía municipal de Cacahoatán como omisa y de haber tergiversado los hechos, después ante la representación ministerial fue ignorada y revictimizada al no tomarle la declaración además de reconvenida hacia a desistiese de lo sucedido.

La FGE no atiende los casos de mujeres víctimas de violencia, en este caso de delitos relacionados con abuso sexual, aseguró que de no ser por vecinos que escucharon sus gritos de auxilio hubiera sido violada, la mujer presentó golpes y desde el MP le aseguraron que sus lesiones sólo “tardaban” 15 días en desaparecer y que por lo tanto no procedía el delito de intento de violación.

Esta es la crónica que ella misma relata en el comunicado, mismo que presentamos de manera íntegra como fue publicado:
“Soy mexicana de nacimiento, de profesión Psicóloga, con iniciales M. P. decidí contar mi historia de la agresión que sufrí en manos de una persona del cual no es mi pareja, no la conozco como se dio a conocer en los medios de comunicación por ello me dirijo al director de Nau Noticias para que publique lo que en verdad paso en el Ejido Progreso municipio de Cacahoatán y que las autoridades ocultaron.

El pasado viernes 23 de abril, Sali de mi casa en la Comunidad Zacatera, y me dirigía a la casa de mi tía a un costado de la iglesia adventista, del Ejido Progreso, para esperar a mi abuelo que se encontraba en la junta de Alcohólicos Anónimos donde da platicas.

Eran las 8:30 de la noche, había llovido muy fuerte por la tarde, la mayoría de los habitantes del ejido Progreso estaban encerrados en su casa, en la calle principal me encontré a un sujeto, quien me jaló de los cabellos, me tiro en la calle, donde se bajó los pantalones e intento quitarme el pantalón que estaba muy fajada.

El sujeto me volvió a golpear, intento ahorcarme, como pudo logré zafarme y corrí, pero fui alcanzada y de nueva cuenta intento meterme al cafetal, me quitó una uña, y ante lo gritos de auxilio, salió un vecino y le pegó con el foco, fue en ese momento que salió corriendo se subió a una moto de pasaje y se fue hacia el ejido el Águila.

Me quede desmallada, y al conocer los hechos los vecinos fueron tras el sujeto y fue detenido en la entrada del Ejido el Águila, no fue golpeado, solo se le pidió el auxilio a la comandancia de la policía municipal, llegaron hasta las 11 de la noche por la distancia a la comandancia que se encuentra en la cabecera municipal de Cacahoatán.

Con los golpes en la garganta, la uña y los morados del cuerpo, me presentaron hasta las 12 a la agencia investigadora del ministerio público, con la fiscal Licenciada Cintia Berenice Escobar, quien dijo que no había delito y que solo sería detenido por una falta administrativa, este sujeto que me había golpeado.

La funcionaria con voz de prepotente me dijo que no había delito y las lesiones tardaban menos de 15 días, si yo tenía dinero contratara un abogado, o que mejor desistiera, ya que no había sido violada.

Hoy quiero decirle a la fiscalía general del estado, donde quedan los derechos humanos de nosotras las mujeres, la fiscal quería que este sujeto Rodrigo Velázquez me violara para hacer justicia, o me matara para hacerme justicia.

Uno de los pretextos para no trabajar, fue que no había flagrancia en el delito, y que el detenido fuera llevado por una falta administrativa.

Señor Gobernador del Estado, exijo que esta agresión que sufrí sea castigada conforme a derecho, que los funcionarios que estén a: cargo de una oficina, hagan su trabajo y que entiendan el dolor de nosotras la que hemos sufrido, no quiero ser una más de las estadísticas de feminicidio en Chiapas.

Que la funcionaria te diga que si tienes dinero va a prosperar tu denuncia, de lo contrario solo la hacemos trabajar, cuando ellas devengan un sueldo y no trabajan de gratis
Mi nombre con las iniciales M- P. la fiscal tiene mi número y mi dirección, quedo a sus apreciables órdenes”. (SIC)

Por esto hechos la FGE ha guardado silencio de una manera vergonzante, en primer lugar por la cobarde actitud de su representante, luego por el deslinde para hacer frente a una situación de violencia contra una mujer.

En repetidas ocasiones desde el poder estatal el discurso dista mucho de lo que en verdad sucede en las sedes ministeriales, la negativa para atender los casos de las violencias contra las mujeres en Chipas son pura simulación.

El actual fiscal, un servidor público gris, sin empatía con las víctimas de la injusticia en Chiapas, siembra el fantasma de la impunidad, sobre todo en casos de feminicidio y justicia para las chiapanecas, en una evidente falta de carácter Olaf Gómez Hernández no está a la altura de las circunstancias, sus cifras sobre la administración de justicia en el estado son poco creíbles, sus disparates en los proceso lo demuestran; lejos de solucionar los rezagos en materia de justicia, Gómez Hernández abona a la revictimización de las mujeres violentadas.

Con total cinismo mantiene en las fiscalías a un grupo de servidores ineptos y poco o nada preparados impartidores de justicia, un tema que no es de ahora, lo era ya desde la gestión de la Fiscalía chiapaneca de Jorge Luis Llaven Abarca, pero que en esta etapa de Olaf Gómez se ha evidenciado descaradamente.

Una Fiscalía que lejos de brindar atención y protección jurídica así como sicológica y física de las víctimas, las deja a su suerte además de señalarlas y dejarlas a su suerte, como si lo vivido por las afectadas no fueran casos graves que atentan contra la integridad de las mujeres en Chiapas

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