La Chopería en Kafeto un Caso Lleno de Corrupción e Impunidad, Tiene un Muerto a Cuestas

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Parte III

• Autoridades han “tapado” incidentes con graves consecuencias

• Corrupción permite reapertura de sitios con dudoso perfil

Tapachula, Chiapas; febrero 17.- Informes de inteligencia que forman parte de documentos militares y que se sabe, según fuentes castrenses, tiene conocimiento la Fiscalía en Chiapas, la Fiscalía de la República, la Guardia Nacional, la Policía Estatal y Municipal, derivado de las mesas de seguridad tanto en Tuxtla Gutiérrez como en Tapachula, de la operación de dos grupos que se han dividido de forma violenta el negocio de la distribución de la droga, que maneja “El Michoacano” y en otro bando “El Inge”, con “El Chino” y “Frank”, estos han realizado al parecer un acuerdo que, según informes, la tensión se elevó en los dos últimos años por la presencia de la pandemia, el desplome de las ventas generó la intromisión de los bandos en terrenos que estaban acordados y delimitados, y se dijo, están al borde de reactivar una disputa por el dominio, ahora no sólo de sus objetivos de venta, sino de la plaza completa.

Kafeto no ha sido ajeno a la violencia característica de los giros negros, hay casos documentados por las autoridades y medios de comunicación que registran varios incidentes graves que en su momento fueron ocultados, otros por su complejidad fue imposible ocultarlos, como el ocurrido el pasado 5 de septiembre, cerca de las 3 de la mañana y en tiempo fuera de operación, que dejó como saldo una persona muerta y una movilización de cuerpos de emergencia. En esa ocasión se registró -con antro lleno-, una agresión en contra del encargado de sitio denominado La Terraza-La Chopería VIP.

Luego de una discusión al interior del antro, en el que un supuesto cobro excesivo en una de las cuentas generó el diferendo, se inició una riña en el local, esta se continuó en el estacionamiento del lugar, sitio donde los supuestos cliente ofendidos sacaron un arma de fuego y dispararon contra el encargado, a quien se identificó como Ricardo de 34 años con domicilio en Valle Verde; ninguna autoridad municipal o estatal estaba en la plaza a pesar de los innumerables avisos de que algo se estaba cocinando a fuego lento en esos antros, un asunto que tarde o temprano le iba a estallar a la policía de Tapachula.

Ricardo N murió antes de llegar en taxi a la Cruz Roja, donde fue llevado por tres personas a quienes no se logró identificar y luego abandonaron el cuerpo en ese hospital. Posteriormente se dio aviso a la Fiscalía General del Estado (FGE), quienes llegaron por el cuerpo para trasladarlo al Semefo, allí fue identificado por una mujer de origen hondureño, sólo así se logró saber su identidad.

En este caso que no se pudo ocultar por más que se deseara, se advirtió negligencia por parte de la seguridad al interior de la plaza, al encargado se le ordenó apagar las luces y cámaras de la plaza para entorpecer la identificación de personas y lograr sacar el problema con rapidez; sin embargo ante una cantidad considerable de gente la noticia corrió por las redes sociales, incluso algunas de las autoridades como la FGE y de la Policía Estatal se enteraron más rápido por las redes que por la presencia del 911.

Meses antes de este homicidio, en la misma plaza una persona fue agredida luego de una discusión que se salió de control, en esa ocasión se habló del bar Chapultepec, donde un supuesto comensal discutió con un acompañante y disparó un arma de fuego, hubo una persona lesionada.

En el caso de La Chopería, la corrupción fue evidente, en el reporte como parte de la carpeta de investigación, se dijo que el occiso no fue hallado en el lugar, porque fue sacado del establecimiento para después ser abandonado en la Cruz Roja. Una de las versiones que se dejó saber, fue que Ricardo tenía una habilidad para la distribución de droga al interior del antro que enfureció a “El Michoacano”, y entonces había que sacarlo de la jugada a toda costa, es decir, se les subió a las barbas y los puso tambalear; el antro tuvo que ser cerrado por sólo dos semanas, el dinero que se soltó para la reapertura fue de poco más de un millón de pesos, de acuerdo a informes de inteligencia. A las dos semanas La Terraza estaba nuevamente en servicio y con un lleno absoluto.

De acuerdo a los tapachultecos, el problema no es la apertura de bares y cantinas, sino la puesta en marcha de estos negocios con licencias otorgadas gracias a la corrupción y la ilegalidad, a eso se suman la operación del negocio de tráfico de drogas y prostitución que hacen de la zona un foco rojo.

La opinión pública en Tapachula hace preguntas de lo que pasa en Kafeto, cómo es que siguen abiertos los antros, bares y cantinas sin que las autoridades actúen en las clausuras; más de uno de estos antros debieron haber sido cerrados desde hace mucho tiempo, por lo que la única explicación lógica es la corrupción e impunidad. Existen operadores e intermediarios entre los dueños, socios y las autoridades que operan para “sacar del bache” al negocio, la orden es tenerlos abiertos a como dé lugar, porque el lord o capo quiere su dinero y para ello un día cerrado son ventas pérdidas.

En los últimos 10 años, el consumo de drogas en la frontera sur con epicentro en Tapachula seguido de Suchiate y Huixtla se incrementó en un 250%, según datos de la Secretaría de Salud federal y de los Centros de Integración Juvenil (CIJ). De acuerdo a los datos de la FGE, así como el Centra y sus casas de anexo para adicciones, las cifras podrían no ser las más certeras, pero indican un incremento superior al 120% en el consumo de marihuana y cristal, además de un 69% en el consumo de cocaína. Es decir, el mercado de las drogas en Tapachula está a la alza y para elevar la demanda, los antros como los que operan en Plaza Kafeto son el trampolín para las organizaciones del crimen organizado.

La participación de las autoridades policiacas, sobre todo estatales, es primordial para el funcionamiento de esta “industria”, ya que a pesar de las diversas denuncias de narcomenudeo, son prácticamente inexistentes las acciones en el sitio, sin operativos reales, sin reacciones preventivas, no hay presencia de la policía, y si la hay, es sólo para despistar. Sólo cuando hay un evento que les rebasa se implementan acciones simuladas, de relumbrón, nada permanentes a pesar de que las autoridades políticas y policiales digan e insistan que todo está bajo control, el único control que existe es el de las bandas del narcomenudeo, sus brazos ejecutores como las maras y los grandes capos.

Constantemente entre ellos – los dealers-, señalan que cada semana pasan patrullas a cobrar su cuota, para hacerse de la vista gorda y dejar operar tranquilos a los antros.

Es tan buena la organización, que incluso cuando hay operativos institucionales enviados desde las más altas esferas como lo son la Guardia Nacional, FGR, incluso en coordinación con la oficina de la DEA en la Frontera Sur, ubicada en las instalaciones de la Marina Armada de México, los encargados mandan a los llamados “canguritos” (chicleros) para que ellos se encarguen de la distribución de estupefacientes, disfrazando esta actividad con la venta de dulces, cigarros, y haciendo pasar desapercibida la venta de drogas.

A pesar que las autoridades cuentan con material fotográficos que muestra a gerentes y encargados con armas de uso exclusivo del Ejército, las carpetas de investigación no avanzan en sus investigaciones, mucho menos en las consignaciones, las denuncias duermen el sueño de los justos dentro de la FGE.

En la Zona VIP hay negocios señalados como operadores del mercado ilegal de drogas y prostitución; existen al menos de dos a tres carpetas de investigación en cada uno de estos negocios señalados ya sea por estar dentro de la venta de drogas, por la circulación de armas, prostitución y por lesiones; La Original, República, Terraza, La Malinche, La Perla, Abolengo, Love, Classic Garage, Chapultepec, tienen al menos una denuncia por actos ilícitos cometidos dentro y fuera de los establecimientos, la mayoría de ellos por riñas derivadas de la venta de narcóticos, según datos de la misma FGE.

Continuará…

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