- Los dos cuerpos presentaban varias lesiones con arma blanca en diversas partes del cuerpo, estaban atados de pies y manos presentaban el tiro de gracia
Tapachula, Chiapas, 07 de abril de 2024.- Personal policiaco de diversas corporaciones se movilizó la tarde de este domingo luego de que se reportara el hallazgo de dos personas sin vida, con señas de violencia física y que presentaban además el tiro de gracia, hechos ocurridos en el cantón Murillo.
Por ello personal de diversas corporaciones policiacas se trasladó a un camino de terracería que conecta con la citada comunidad, como referencia a la altura del rancho San Enrique, donde tuvieron a la vista los cuerpos sin vida de dos personas del sexo masculino, de aproximadamente 35 a 40 años.
El primero vestía pantalón tipo jogger de color azul, playera blanca con estampado rojo y estaba descalzo. Mientras que el segundo vestía pantalón de mezclilla azul, sudadera azul y también no llevaba calzado.
Ambos cuerpos estaban atados de pies y manos, y presentaban huellas de tortura y heridas provocadas por arma blanca. Asimismo presentaban impactos de bala en la cabeza, del calibre .9 mm, el famoso “tiro de gracia”.
No se les halló ninguna credencial que ayudara a identificarlos, por lo que quedaron en calidad de desconocidos.
Personal de Servicios Periciales se encargó de realizar las diligencias correspondientes para finalmente realizar el traslado de los cuerpos al SEMEFO, para la necropsia de ley.
Con el hallazgo de este día, concluye una semana negra en Tapachula, marcada por las ejecuciones a la vista de todos, en lugares concurridos y sin que ninguna autoridad haya informado sobre la detención de alguno de los agresores.
Ejecuciones están a la orden del día, hallazgo de cuerpos con señas de tortura, levantones, desapariciones forzadas, son las delicias de todos los días, ante una población que mira impotente el accionar de los criminales y la inoperancia de las autoridades.
La estrategia de “Abrazos y no balazos” solo le sirve a las autoridades para disimular y hacerse de la vista gorda, ante el terreno que cada vez va ganando el crimen organizado en todo el país, con plazas calientes, como Chiapas, que ya es polvorín y en cualquier momento puede ocurrir algo mucho peor de lo que ya se ha presenciado.
En Tapachula, un municipio medianamente tranquilo y que es (o era) la capital comercial de Chiapas, hoy se vive una crisis de violencia, la zozobra invade los hogares y los comercios ante los hechos violentos que todos los días ocurren.
Ya no es seguro andar en las calles, ir a lugares públicos, ante el temor de ser víctimas colaterales de una guerra entre grupos delictivos que se disputan la plaza a plomo y sangre.
¿Y mientras qué hacen las autoridades? Hasta el momento no mucho. Prefieren desviar la atención a temas más relevantes, según ellos, como las lluvias, los incendios forestales o cualquier otro suceso que no tenga nada que ver con la violencia.
Hace unos meses presumían con bombos y platillos que había saldo blanco en delitos de alto impacto en Chiapas, y hoy los muertos se cuentan todos los días en varios puntos de la entidad.
La realidad los ha alcanzado y no tiene cómo esconder los paupérrimos resultados en materia de seguridad, ante una nefasta estrategia que genera más desconfianza en la población, presa ya de los delincuentes.