Oscuros Intereses Toman Control en la SSPCM de Tapachula

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Ahora se sabe por qué Tapachula mantiene el difícil estimado de la ciudad más peligrosa del país, según la percepción de la población.
Mientras el responsable de la seguridad de los tapachultecos siga negándose a participar en las mesas de seguridad en las que se analizan los operativos a realizar para abatir niveles preocupantes de inseguridad, nada va a cambiar.

Incluso, en la segunda semana del inicio de su administración, se corrió el rumor en redes sociales sobre un presunto pacto entre el secretario de seguridad pública municipal de Tapachula e integrantes del crimen organizado, de una de las facciones que opera en la ciudad.

El originario de Tamuín hace caso omiso a los llamados y sobre todo a las recomendaciones, y para que la cuña apriete debe ser del mismo palo » , Hanry López y Rafael Meza Director y Subdirector de la municipal, fueron los encargados de presentar a Óscar Chávez Martínez con los líderes criminales de la región donde pactaron la protección de estos grupos.

El Grupo URI, se trata de un grupo de delincuentes con placa, encargados de cobrar las cuotas a los grupos criminales para el secretario y claro que ellos se llevan una buena parte del dinero, por si fuera poco, estos elementos adscritos a la SSPM, son encargados de extorsionar a migrantes, traficantes y todo lo que les deje ganancias, de ahí que no muevan un dedo cuando se les necesita como cuerpo de seguridad, el negocio turbio lo fomentan desde la propia SSPCM.

El señor Chávez Martínez está más preocupado por hacer crecer sus negocios que le dejan millonarias ganancias a él y los interesados, no le ocupa bajar los niveles de inseguridad y delitos, todo lo anterior mientras el cuerpo de seguridad municipal se hunde en denuncias por delitos cometidos por sus elementos, que van desde homicidio, tortura, robó, usurpación de funciones, fabricación de culpables, siembra de pruebas, extorsión, allanamientos de morada y de brindar protección a la delincuencia.

A Óscar Chávez Martínez secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Municipal de Tapachula no se le puede otorgar “curva de aprendizaje”, no en este rubro, la vida de los ciudadanos se pone en riesgo y no es aceptable la excusa. Llevamos años escuchando la misma respuesta y es absurda de principio a fin, no le pueden echar la culpa al anterior gobierno porque fueron ellos los que dijeron que sabían cómo terminar con el problema y no sólo no pudieron, no quisieron, esa es la única realidad.

Sin embargo, Chávez Martínez llegó puesto en un pedestal, pero luego de los primeros 30 días en el cargo, es un simple tabique en el que se encuentra parado y se ya se mareó.
Su ego lo hace sentirse superior, “es un elemento experimentado” le dijeron a Yamil, pero en mañanas; extraído de la extinta Policía Federal, piloto de helicópteros y con varios años recorridos en una dependencia federal, debería tener en orden a la ciudad, pero lo que sí parece tener en orden son sus finanzas personales. La sombra de un pacto con criminales ya lo persigue, según cuentan informes de inteligencia militar y apenas lleva un mes en el puesto.

La desconfianza de los demás cuerpos de seguridad en el jefe de la policía de Tapachula es comentario obligado en las mesas de seguridad; de acuerdo con el mismo informe, se detalla que no participa en las reuniones diarias de las mesas y dio la instrucción al personal de policía municipal, de vialidad y tránsito, al Comsep, de no colaborar con ninguna institución de seguridad, cualquiera que esta sea, lo que a luces es un contrasentido, pues en el discurso de los políticos la orden es: coordinación, colaboración, apego al estado de derecho y cero impunidad.

¿Alguien sabe si Óscar Chávez Martínez tiene la certificación de control de confianza?
Viene de una institución creada por un delincuente condenado en los EEUU, Genaro García Luna es el creador de la Policía Federal y no fue capaz de entregar un país en condiciones sanas de seguridad, qué podemos esperar los tapachultecos de un egresado de esa universidad de la transa que fue la PF.

El alcalde tapachulteco no puede ni debe tolerar la falta de efectividad de su secretario de seguridad pública, de hacerlo estaría avalando ese presunto pacto de impunidad que se le adjudica a Chávez con el crimen organizado local en Tapachula, hacer lo contario daría un mensaje claro y contundente sobre la política de seguridad en la ciudad y con ello se contribuiría a bajar esos niveles de percepción.

La encuesta del INEGI fue un duro golpe a la imagen política de Yamil, sabemos que no fue él quien dejó este cagadero de violencia y el baño de sangre en la ciudad, pero le toca a él recibir el impacto de ese “balazo” que fue la reacción entre la población el resultado de la ENSU, que ni por más gobernador inaugurando puentes, entregando concesiones o dando declaraciones absurdas, se logró quitar el estigma, pero lo que sí se puede, es desmarcar de su propio secretario y cuestionarlo sobre sus resultados en materia de seguridad. Y no es con videos peliculescos como se hace la percepción, sin con trabajo de campo, con trabajo político y con voluntad de hacer las cosas.

Un mucho de humildad no le caería mal al secretario Chávez Martínez, de lo contrario, tarde que temprano la realidad de esta ciudad le va a poner en contexto su incapacidad y eso sí lo podría poner de regreso en el próximo avión a San Luis Potosí.

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