- La violencia en la región cobra otra víctima, generando desconcierto en una población estigmatizada por el nulo trabajo de las autoridades encargadas de brindar seguridad
- La FGE abrió una enésima carpeta de investigación, aunque se teme que como siempre, no haya resultados para dar con los culpables
- Al Fiscal General Olaf Hernández le queda grande el puesto desde hace tiempo, por lo que es necesario un cambio profundo en la FGE
Villa de Mazatán, Chiapas; noviembre 2021.- Personal de la policía municipal de Mazatán fue alertada de la ejecución de un hombre a manos de sujetos que le asestaron varios disparos con arma de fuego cuando se encontraba en la zona del tramo carretero troncal con el ejido El Corralito, hechos ocurridos la tarde del domingo 14 de noviembre aproximadamente a las 17:40 horas.
Tras la alerta se dio la movilización de cuerpos de emergencia, por lo que de inmediato varias unidades de emergencia, fuerzas municipales y de protección civil acudieron al lugar indicado, allí revisaron el cuerpo ensangrentado de una personas del sexo masculino y se determinó la falta de signos vitales, declarándolo fallecido.
Se dio parte a personal de Servicios Periciales de la FGE para dar fe del hecho e iniciar el levantamiento de indicios, así como del traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense (Semefo), donde le harían la necropsia de ley para determinar la causa de la muerte.
Ante estos hechos, la Fiscalía de Distrito Fronterizo Costa dio inicio a una enésima carpeta de investigación por homicidio violento en esta zona de Chiapas, luego de que en el sitio del hallazgo fueron localizados 4 casquillos percutidos, que, aunque no fue revelado el calibre en forma oficial, trascendió que se trata del calibre 9 milímetros; hasta el momento el cuerpo sigue en calidad de desconocido.
Este hecho de sangre se suma a una serie de acciones de violencia que rompen con el discurso oficial de las autoridades estatales sobre los delitos de alto impacto, donde se habla que desde hace un par de meses Chiapas registra los índices más bajos en materia inseguridad, pero en la vida diaria de los costeños la inseguridad es un tema que merma el discurso gubernamental y suma temor, así como tensión a la región Costa y Frontera.
Mientras que la Fiscalía General del Estado de Chipas se debate en pugnas internas y lidia con decisiones erróneas, acciones intestinas se ven reflejadas en un bajo nivel de efectividad, la delincuencia mientras tanto avanza metro a metro ganando territorio en detrimento de la legalidad y la justicia.
Los chiapanecos de a pie ven cómo sus esperanzas de un mejor nivel de estabilidad en seguridad se diluyen bajo la amenaza diaria de bandas perfectamente organizadas, las cuales se apoderan del control de varios sectores, como lo es el transporte público con el cobro de piso, el narcomenudeo, el robo de alcantarillas, asaltos a mano armada, robo a casa habitación; mientras la población y la autoridad fichan a la migración como los culpables del alza en la inseguridad, la realidad dicta que en el 85% de los delitos del fuero común cometidos en el Soconusco, son perpetrados por presuntos delincuentes de origen mexicano, según datos del último trimestre de 2021 del Semáforo Delictivo.
Esto tira la respuesta simplista de las policías municipales y sus respectivos jefes en los Ayuntamientos, lo mismo el discurso queda a deber a los ciudadanos, la percepción de inseguridad califica en números rojos la actuación de la FGE y de su titular; al día de hoy a Olaf Gómez Hernández el paquete de brindar certeza y seguridad a las y los chiapanecos le ha quedado enorme.