- Farah Gertrudis Cerdio cuenta con un negro historial de señalamientos de corrupción
El reciente nombramiento de Farah Gertrudis Cerdio como nueva delegada del INM en Chiapas ha generado un halo de inconformidad entre activistas y defensores de derechos humanos de los migrantes, debido a que en la funcionaria pesan una serie de señalamientos de corrupción.
Para nadie es secreto que el INM en Chiapas se ha convertido en un nido de corrupción, impulsado por el imparable flujo migratorio que creció exponencialmente en los últimos años en el estado, convirtiéndose en un jugoso negocio que deja millones de dólares en ganancias, tanto para los traficantes como para funcionarios corruptos.
El denominado “cártel de migración” se ha encargado en los últimos años de la venta de documentos migratorios, extorsiones y abuso de poder. Y la nueva delegada es conocida por todos estos hechos que claramente están fuera de la ley.
Esto explica el enriquecimiento de funcionarios del INM, quienes encontrarían su mina de oro en los migrantes, lucrando con su necesidad y desesperación. Se ha armado una compleja red de corrupción que factura millones cada semana.
Esta red mantiene a funcionarios a modo en puestos clave, quienes facilitan la expedición de documentos con sustentos irregulares. Asimismo se encargan de conseguir espacios en vuelos o autobuses con destino al norte del país, suscitándose una migración extraordinaria que no solo ha saturado a Tapachula, sino también a las ciudades de la frontera con Estados Unidos.
De acuerdo a Romeo Ibarra Espinoza, líder de la coordinación política del Movimiento Amplio Opositor para la Liberación Nacional (MAOLN), en el INM se dejan pasar por alto los señalamientos de corrupción, donde los funcionarios son impuestos en cargos estratégicos para facilitar las operaciones ilícitas y bajo el agua.
Es sorprende cómo el gobierno de la 4T que tanto pregona el combate a la corrupción, no revisa ni atiende los señalamientos de corrupción en sus funcionarios, hace como que no ve. El Gobierno Federal procura que todo pase desapercibido para no levantar polvo y hacer creer que todo marcha bien. Pero la realidad es muy distinta, como prueba los casos de abuso de autoridad cometidos en contra de los migrantes, quienes viven en condiciones inhumanas en las estaciones migratorias, no hay que olvidar el caso de los muertos en el incendio de la Estación Migratoria de Ciudad Juárez, donde a la fecha solo ha habido algunos detenidos, pero “siguen las investigaciones”.
O los casos de abuso de autoridad, detenciones arbitrarias, falta de atención en los migrantes que llegan a Tapachula. La atención es selectiva, es decir, solo aquellos que tienen solvencia económica logran conseguir sus documentos de regularización, mientras que los que apenas y sobreviven con un poco de recursos, quedan rezagados.
Si no fueran suficiente todas estas vicisitudes, los migrantes se ven orillados a transitar de manera ilegal, siendo presa fácil del crimen organizado, quienes los engañan con llevarlos al norte del país, pero finalmente los secuestran, abandonan o simplemente los desaparecen. Es un viacrusis que viven los migrantes, ante los ojos indiferentes de las autoridades del INM y del propio Gobierno Federal.