Tapachula, Chis., 13 de Junio de 2024.- A la mera hora de la sed, a un brabucón de tres pesos, se le ocurrió sacar un arma de fuego, para demostrar que tan valiente se sentía y lo único que logró demostrar, es que la policía de Tapachula siempre llega cuando la acción ya se terminó.
Vecinos, parroquianos y hasta chismosos, dieron aviso al 911, sobre la presencia de un sujeto que se quiso agandallarse con otros bebedores a las afueras de el botanero conocido como el Capricornio, o mejor conocido entre la plebe como El Capri II.
Está institución de los botaneros en la infernal Tapachula que hoy llegó a los 43 grados en la sensación térmica, está ubicada en la legendaria pero no menos insegura colonia Monroy al oriente de la ciudad.
Desde este punto, un sujeto de que nadie dijo conocer o identificar, se le hizo muy pertinente demostrar su hombría al sacar un arma de fuego y detonarla al aire.
Ante lo que todos dentro del Capri dijeron: «uy qué miedo,mira como estoy temblando», sin embargo, al menos dos o tres mesas de la entrada, si se paniquearon y hasta la cheve se les calentó, según esto porque a varios casualmente se les dió por ir a hacer de las aguas, todos al mismo tiempo.
La versión de los meseros, es que en el baño de hombres, había más de diez personas, cuando lo normal son 2 por turno.
El barman gritó «el miedo no anda en burro». La locura se desató y por redes sociales comenzaron las versiones mamalonas pero poco apegadas a la realidad: «balacera en el Capri II», «Comando armado irrumpe en botanero», «Nos atacan, Atte: Capri II», «Sálvese quien pueda, balacean el Capri II».
Pero la realidad es que solo fue un sólo disparo, hecho por un sólo hombre, mismo que después de su viril demostración de «valentía», se perdió entre las calles leberínticas de la Monroy.
Pero el alboroto seguía dentro y fuera del santuario de los cheleros huacaleros, los policías llegaban por docenas, ya no se sabía si iban por el pistolero de caricatura o es que les avisaron que el calor estaba brutal y les iban a dar al 2X1 las Coronitas y las Vickys si enseñaban su placa de policías.
Y es que se dejaron venir hasta Guardias Nacionales, pasaron lista en la barra, Municipales, Estatales, Fronterizos, Ministeriales, De Investigación, así como el poderoso GERI; nada más no llegaron los de la montada porque no hay.
Al final todo quedó en un susto, pero fue suficiente para que las botanas se enfriaran y las chelas se calentarán.
Finalmente los parroquianos, como chilangos, buscaban un bolillo para el susto pero lo que les ofrecieron fue más chela y otra ronda de botana; todo quedó en una anécdota de cómo diez caben en un baño donde normalmente sólo entran dos. El Capri siguió con sus actividades normales, pues el balazo fue fuera de sus instalaciones.