Tacaná, San Marcos; MAY 24.- Mientras el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, echa culpas a gobierno extranjeros del repunte de contagios por coronavirus, en su propio territorio suceden atentados a la seguridad sanitaria que ignora o no quiere reconocer.
En la frontera México-Guatemala, se cerraron los cruces para vehículos y mercancías al inicio de la pandemia por covid-19, sólo ingresaban al país, ciudadanos guatemaltecos con destino a sus lugares de origen, así como trabajadores chapines con domicilio en la frontera pero con lugar de trabajo legal en México.
Las medidas federales del gobierno guatemalteco se aplicaron con rigor, tanto que se declaró el cierre total del aeropuerto La Aurora de la capital del país Centroamericano, la frontera fue prácticamente blindada en el tema sanitario y migratorio, sin embargo, ante el creciente número de contagios por SARS Cov2- Covid-19 en ese país, la situación indica que lago no se está haciendo bien.
Y es que desde el cierre de la frontera en Ciudad Hidalgo con Tecún Umán y de El Carmen con Talismán, la alternativa para el cruce se fue literalmente hacia arriba.
En la municipalidad de Tacaná, en el departamento de San Marcos, en el cruce conocido como Cheguate, durante el día el paso está cerrado con la presencia del Ejército, la Policía Nacional Civil (PNC), agentes migratorios y una cantidad importante de personal sanitario que instala durante la jornada diurna el filtro sanitario.
Pero de noche todo cambia, no se sabe sí es un acuerdo “por debajo de la mesa” entre autoridades locales y federales o es sólo el terreno fértil para el negocio de un solo hombre
Alrededor de las 22:30 horas y hasta ya entrada la madrugada el paso de vehículos de carga con mercancías y productos varios cruzan sin ningún control, sin revisión sanitaria y con el pago de una fuerte cantidad para no ser molestados, entre 250 a 500 Quetzales, según “el sapo es la pedrada”.
En un video subido a redes sociales un hombre que se dice “ciudadano” de la localidad, narra que en una noche pasan de 30 a 70 vehículos de carga de todos tamaños y con cargas que no son revisadas, sanitizadas, que vienen desde México y cruzan la frontera con total impunidad. Este jugoso negocio es controlado por un solo hombre, o al menos es al que se menciona en la denuncia viral.
Un hombre al que se le conoce como “Benigno”, señalado Síndico de la municipalidad de Tacaná al que pertenece el cruce de Cheguate, es quien controla el negocio del cruce nocturno, él y su gente son quienes deciden que camiones cruzan o no entre México y Guatemala. “De que nos sirve, si la corrupción comienza en la municipalidad”, afirma el narrador.
Son –haciendo cuentas- al menos 600 mil Quetzales producto de la extorsión de un mes a camioneros y comerciantes.
Afirma la voz, que durante el día no se puede videograbar la actividad, el gobierno federal de esa nación Centroamericana prohibió fotos y videos a la prensa local, tiene que haber un permiso expreso de la autoridad emitido en la capital guatemalteca, por eso el hecho se grabó con la ayuda de la oscuridad que brinda la noche, lográndose documentar el cruce de camiones.
Mientras la realidad se vive en la frontera México-Guatemala, el presidente Giammattei culpa a Tapachula, municipio chiapaneco, costero pero no fronterizo directo con esa nación de ser un foco de contagio para sus ciudadanos, de lado de su país en la frontera alta de San Marcos la corrupción podría jugar un papel de riesgo en la propagación de contagios por coronavirus, pero esa parte, jamás la dijo en sus reclamos hacia México.