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• Policía tapachulteca trabaja sin mínimos estándares de seguridad sanitaria
• Fernando Rivas creó grupos de incondicionales que amenazan al personal
• SSPyPCM abandonó a su suerte a contagiados por covid-19
Tapachula, Chiapas; JUL 02.- Algo grande perlo podrido se cocina dentro de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Municipal de Tapachula (SSPyPCM), la “Cuarta Transformación” en ese cuerpo de seguridad sólo es un mito, plagado de mentiras, irregularidades y malos manejos desde lo administrativo, hasta lo operativo.
Prueba de ello es la ola de reclamos por parte de los uniformados a la cabeza de este cuerpo de seguridad, la llegada de Fernando Rivas Vázquez no ha hecho más de evidencia las componendas, corruptelas, contubernios al interior de la policía tapachulteca.
Son los mismos policías quienes a diario arriesgan la vida, quienes reclaman a su mando superior las condiciones infames de trabajo, “el apoyo prometido no se ve”, bajo el argumento de que la pandemia por coronavirus es la causa de que las cosas no fluyan, es una cantaleta que se saben de memoria cada policía de esta institución. “Ya chole con ese cuento, que se lo crea Fernando Rivas, queremos soluciones no excusas, para excusas ni los que se fueron eran tan “maletas” pa’ no cumplir con sus compromisos”, advirtieron los uniformados.
Un claro ejemplo son las patrullas, muchas están inservibles y otras tantas llevan meses metidas en talleres mecánicos donde sólo son un estorbo para los dueños, pues a regañadientes van sacando las que se pueden y no las que se deben sacar a circulación para el beneficio de la seguridad en la ciudad. Una de ellas se quemó y otra fue volcada por dos elementos que en estado de ebriedad provocaron el accidente, ambos tienen procesos internos por esos hechos, pero la unidad no fue sustituida.
Las decisiones y el manejo al interior de la corporación es absolutamente responsabilidad de Rivas Vázquez, pero el señor prefiere la foto, la parafernalia de su cargo, y deja sin solución los asuntos como las condiciones laborales de sus elementos.
Adulado por un puñado de “lamezuelas”, el secretario de Seguridad Pública ha creado grupos al interior, los fieles que le aplauden sin pudor y los de choque, que son otro puñado de incondicionales que le “resuelven detallitos”, al interior de la policía, con amenazas y miedo, ya sea al despido o cosas peores.
Con la llegada de un nuevo equipo de vividores en el manejo administrativo, Fernando Rivas cerró su grupo de incondicionales, a ellos adhirió a los lamezuelas y entonces creó un círculo que es dicen algunos es “impenetrable”; con ello los reclamos, peticiones, observaciones y denuncias, le vienen guangos al secretario, que con su ya característico andar de “perdona vidas”, ignora a diario la realidad que vive la policía tapachulteca.
Un cuartel con tantas divisiones y poca transparencia, Fernando Rivas y sus secuaces, poco o nada han dicho de los recursos del Fortaseg, destinados al equipamiento de los efectivos policiales, llevan meses esperando los apoyos y nuevos equipos que se les prometieron. Se sabe que el recurso ya fue destinado, pero ¿dónde está?
El desorden en la corporación es innegable, al grado que se ignoró el escalafón de algunos policías que por antigüedad, trayectoria y certificación, eran los indicados para puestos operativos, sin embargo, gente incondicional al secretario fue traída de fuera para los puestos de Subinspector y Suboficial, entre los dos no han dado resultados, la violencia e inseguridad están a la alza, un asunto que es público y que también nadie en el gobierno municipal puede negar.
Los hombres y mujeres que conforman la policía municipal de Tapachula, están a nada de irse a un paro de actividades, aseguraron que es urgente un diálogo directo con la presidenta municipal sin intermediarios, la comunicación entre su máxima autoridad municipal y ellos es fundamental para que se conozcan las necesidades y la realidad del personal, no la que le quieren contar a la alcaldesa, “ella debe, tiene que saber a lo que nos estamos enfrentando, hay llamados a los que no podemos ir porque no tenemos cómo ir a dar la atención, ¿Eso lo sabe el cabildo? ¡Claro que lo saben! Pero tienen miedo que les escupamos en la cara la realidad de la policía, si no, los esperamos en la comandancia a que vengan no a una presentación a modo, a escuchar la realidad de cada uno de los oficiales de policía que servimos a la ciudad”, así lo informó un grupo de mujeres policías que solicitó no publicar sus nombres por razones de seguridad.
Finalmente solicitaron la puntual intervención de la presidencia municipal para atender a los policías que han resultado infectados por covid-19, son varios casos y son del dominio público, es urgente que la secretaría responda a las familias de los infectados para garantizar no sólo la salud del elemento, sino la de sus familias, las cuales han tenido incluso que vender lo poco que tienen con el esfuerzo de años. Esta enfermedad los ha dejado en una situación de inmediata vulnerabilidad.
La urgencia es la dotación de equipo sanitario para la actuación de la policía, no usan guantes, las caretas cada elemento la compró de su bolsa, la corporación sólo dio cubrebocas de uso doméstico, no siempre hay gel en las bases de la corporación, incluso los baños carecen de lo esencial como jabón, ya no se diga gel sanitizante, el riesgo de contagio dentro y fuera de las patrullas, así como de las instalaciones es enorme, es real, es diario, pero estos temas hasta el día de hoy no le quitan el sueño el secretario de Seguridad Pública de Tapachula, Fernando Rivas Vázquez.